Hasta acá llegó mi amor

El abrazo de Ricardo Iorio a Alejandro Biondini es un gesto que para muchos metaleros no tiene marcha atrás, pero que de ninguna manera invalida su obra. El arte excede a las personas.


Por Daniel Péndola | "Si me ves volver / No me atiendas ni me abras la puerta / Loco, solitario y enredado / No soy yo", reza el ex Hermética en "Si me ves volver" (2012), develando indirectamente el sentimiento que resguarda y las contradicciones que lo caracterizan.

Siempre fue difícil saber de que lado se encontraba, hasta que sus últimas declaraciones, en las cuales define a los desaparecidos como "un puñado de indemnizados" y reivindica la imagen de Aldo Rico, dejaron en claro que mi viejo Ricardo ya no es lo que era.

Y como si fuera poco, el partido neonazi Bandera Vecinal informó hoy que Alejandro Biondini compartió una reunión con el músico en Luján, aunque no es la primera vez que adhieren sus ideas y se encuentran públicamente.

"El líder de Bandera Vecinal fue invitado por el gran cantautor y máxima figura del metal argentino a compartir una charla, que finalmente se extendió a lo largo de varias horas", relata el texto que publicó esta madrugada la secretaría de prensa del movimiento, donde destacan al vocalista como "un ejemplo y arquetipo para las nuevas generaciones".

La sonrisa de Iorio abrazado a Biondini, un referente de extrema derecha, es un golpe más para quienes admiramos su obra por letras como "Olvídalo y volverá por más" y "Sentir Indiano" que actualmente se resignificaron, debido a las medidas económicas ha vuelto a tomar nuestro país de la mano de viejos políticos como Hernán Lombardi o Patricia Bullrich, y la desaparición de Santiago Maldonado, el joven que acompañaba una protesta mapuche.

La admiración hacia el máximo referente del heavy nacional ha sido derrumbada nuevamente, pero esta vez no tiene marcha atrás. Y si bien Ricardo terminó convirtiéndose en la persona que él mismo aborreció alguna vez, no significa que no podamos escuchar más sus canciones. Como señalamos al principio: el arte excede a las personas.
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